domingo, 19 de febrero de 2012

Los renglones torcidos de Dios PARTE I

Ustedes creen en las almas gemelas? Y en el amor a primera vista? O tal vez creen que a este mundo venimos destinados a estar con una sola persona, que será con la única que podamos ser felices?
Bueno... les voy a contar mi historia y ustedes sacarán sus conclusiones, yo la verdad aún no sé que creer y aunque no sé cómo vaya a terminar todo esto me gustaría poder contársela a alguien, tal vez recibir de vez en cuando un consejo... o al menos escribirla para no olvidarla.
Estoy ansiosa por saber el final....
Básicamente todo comienza a mis 16 años, hace ya bastante de eso! Mi mejor amiga y yo habíamos decidido cambiarnos de colegio porque no nos sentíamos a gusto en el colegio de monjas al que íbamos, así que pasamos nuestro último año de secundaria en un colegio público al otro lado de la ciudad, lleno de gente totalmente nueva.
Y ahí fue donde conocí a A... desde el primer momento en el que le hablé hubo un click entre nosotros, podíamos hablar horas y horas sin aburrírnos y rápidamente nos hicimos los mejores amigos. A no era para nada mi tipo, lo veía más como un hermano y sinceramente nunca me hubiera imaginado lo que iba a pasar después, pero pasó lo que tenía que pasar... A me dio mi primer beso! siiii mi primer beso a los 16 años! fue la mejor experiencia de mi vida! mi primer beso con mi mejor amigo! con la persona que más quería en ese momento!! recuerdo que no pude dormir esa noche de la emoción y todo era felicidad para mí.
Resulta que a A también le gustaba una chica rubia y a la semana de andar conmigo me dijo que mejor fuéramos sólo amigos y corrió a ennoviarse con esta otra chica rubia. El tipo me destrozó el corazón... nunca pude entender cómo mi mejor amigo era capaz de hacerme algo así!! Intentamos seguir siendo amigos, pero yo simplemente no pude soportar verlo con otra y le deje de hablar... y tampoco fue como que él me hubiera extrañado mucho! después de todo tenía una rubia con la cual distraerse.
Como 4 meses después, estaba en la casa de mi mamá (yo no viví nunca con ella, pero la iba a visitar alguno que otro fin de semana) ya en pijamas y viendo tv cuando unas amigas del antiguo colegio de monjas me llamaron para que fuera a la fiesta que había en una casa vecina. Yo dije que iba a ir, pero seriamente no tenía la más mínima intención de asistir... esas fiestas siempre me parecieron aburridas y yo simplemente no encajaba  en ese ambiente.
Como si Dios las hubiera mandado a mi puerta, ahí estaban ellas enfrente de mi casa esperándome para ir a la fiesta a la que no tenía ganas de ir, obligándome a peinarme y mudarme apropiadamente para gente que me desagradaba... Me puse una enagua de cuadros cafés y no me hice nada en el pelo ni en la cara y me fui.
Me senté en los columpios que estaban junto a la piscina! a mecerme mientras hablaba desinteresada con un ex-compañero de las novedades en nuestras vidas y fui cuando lo vi... Z estaba al otro lado de la piscina entre la multitud, acompañado por los chicos populares de mi colegio, nuestros ojos se toparon y no pudimos mirar hacia otro lado por varios segundos, largos segundos!
Media hora después Z estaba junto a mí tratando de hacer conversación, pero no tenía que hacer mucho esfuerzo porque yo estaba encantada con su presencia. Al cabo de 22 días, bajo una noche estrellada nos besamos y comenzamos a andar... nunca les agradecí a mis amigas por haberme obligado a ir...
Fue amor a primera vista, al menos de parte de él, desde el momento mismo en que me vio hizo todo lo posible por conquistarme y cuando empezamos a andar se entregó con todo a la relación, era un amor inocente y puro, que lo daba todo sin importar si yo daba o no la talla. Yo aún estaba muy dolida por la situación que había pasado con A y como había sido mi primer experiencia amorosa estaba muy asustada a abrir mi corazón, además sinceramente yo aún no lo había superado del todo y cada vez que lo veía con la rubia se me revolvía el estómago, pero siempre fui honesta con Z, siempre se lo dije todo y a él nunca le importó que yo aún quisiera a otra persona o que no diera el 100% en la relación. Obviamente una relación así no puede durar... y a eso hay que sumarle que los dos teníamos sólo 17 años, así que por peleas constantes, empezadas por mí especialmente, después de 5 meses, terminamos.
Pero fue precisamente en ese tiempo en el que terminé con Z que A reapareció en mi vida, un día nos topamos por casualidad y como había ocurrido la primera vez no pudimos dejar de hablar. Él había cortado con la rubia hacía algún tiempo, pero esta vez yo no iba a caer por él de nuevo, no después de lo que me había hecho.

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